viernes, 20 de noviembre de 2009

MANIFIESTO (Adaptación)
Señoras y señores

Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los arquitectos bajamos del Olimpo.

Para nuestros mayores
La arquitectura fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin arquitectura.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el arquitecto no es un alquimista
El arquitecto es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos
Ni en palabras importadas.

Además una cosa:
El arquitecto está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al arquitecto demiurgo
Al arquitecto Barata
Al arquitecto Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Dibujando planos en la luna
Por agrupar columnas al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
La arquitectura no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.

Nosotros repudiamos
La arquitectura de gafas oscuras
La arquitectura de capa y espada
La arquitectura de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La arquitectura a ojo desnudo
La arquitectura a pecho descubierto
La arquitectura a cabeza desnuda.

No creemos en ninfas ni tritones.
La arquitectura tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.

Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron arquitectos populares,
Fueron unos reverendos arquitectos burgueses.

Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la arquitectura dirigida
Contra la arquitectura del presente
Contra la arquitectura proletaria.

Aceptemos que fueron comunistas
Pero la arquitectura fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Arquitectura adjetiva
Arquitectura nasal y gutural
Arquitectura arbitraria
Arquitectura copiada de los libros
Arquitectura basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Arquitectura de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».

Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué diseñaban esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.

¡Qué lo van a asustar con Arquitectura!

La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una arquitectura del crepúsculo
Por una arquitectura de la noche
Nosotros propugnamos
La arquitectura del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la arquitectura
Deben llegar a todos por igual
La Arquitectura alcanza para todos.

Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La Arquitectura de pequeño dios
La Arquitectura de vaca sagrada
La Arquitectura de toro furioso.

Contra la Arquitectura de las nubes
Nosotros oponemos
La Arquitectura de la tierra firme
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la Arquitectura de café
La Arquitectura de la naturaleza
Contra la Arquitectura de salón
La Arquitectura de la plaza pública
La Arquitectura de protesta social.
Los arquitectos bajamos del Olimpo.

Nicanor Parra.

martes, 17 de noviembre de 2009




¿Lo importante no serà ESTAR y desde allì intentar SER?

Estar es estar en relaciòn aquì y ahora, aquì con los compañeros de trabajo, aquì con los jovenes que estudian, aquì con mi compañera y los hijos y nietos que veo crecer.

Y si la vida me saca de aquì tendrè que estar en el nuevo lugar que las circunstancias me pongan, asì no me guste o me duela, pero en definitiva soy un animal de realidades y en el nuevo lugar busco incansablemente la relaciòn.

Ser es estar acotado, con lìmites precisos en plena autonomìa. Y este antropocentrismo conduce a las oposiciones y finalmente a la regresiòn de lo desconstruido y disperso. Por eso el SER crea recintos amurallados, crea fronteras mientras el ESTAR se mueve en la convivencia.
De ahì que el estar sea simbòlico (une y no separa), mientras que la afirmaciòn del ser crea el antagonismo.
La cultura europea intentò evitar ese antagonismo producto de su ideal de plena autonomìa. Pero no lo logrò, por el contrario, quedò profundamente dividida entre lo individual y lo colectivo.



Entre:
1 - La morada como refugio burguès individual del ser y ...
2 - La homogeneizaciòn igualitaria, seriada y mecànica de la colectivizaciòn.



En resumen, en la medida que afirmo mi SER por encima de los otros quiebro la comunidad del ESTAR, exalto mi narcisismo y busco el refugio (morada como lugar del ser) en la individualidad burguesa (escape a lo natural-rural), o me someto al apilamiento de mis mìnimos derechos en la celda encapsulada del colmenar.

y Amèrica ¿que?
Un balance entre el ser y el estar como destino del hacer americano y el reflejo en su arquitectura.

Claudio Caveri.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

LA PALABRA

Pero ¿qué están hablando esos poetas ahí de la palabra?
Siempre en discusiones de modista:
que si es desceñida o apretada ...
que si la túnica o que si la casaca ...
¡Basta ya! La palabra es un ladrillo. ¿Me oísteis? ...
¿Me ha oído usted, señor Arcipreste?
Un ladrillo. El ladrillo para levantar la Torre ... y la Torre tiene que ser alta ... alta ...alta ...
hasta que no pueda ser más alta.
Hasta que llegue a la última cornisa
de la última ventana
del último sol
y no pueda ser más alta.
Hasta que ya entonces no quede más que un ladrillo solo,
el último ladrillo ... la última palabra,
para tirárselo a Dios
con la fuerza de la blasfemia o la plegaria ...
y romperle la frente ... A ver si dentro de su cráneo
está la Luz ... o está la Nada.

Leon Felipe